viernes, 26 de marzo de 2010

"Destellos del Alma" de Ireneo Gónzalez


Primer libro de poemas del este autor bellavistense.
prologado por la lic. Julia Alfonso de Achitte.
La nota de contratapa la realizó la hermana del autor, "Encha" González.
Poemas dedicados a su pueblo natal y al desarraigo sufrido por el autor, al tener que trasladarse a la ciudad capital de Buenos Aires, en busca de nuevos horizontes.


DESTELLOS DEL ALMA


Por libar en tus orillas
la dulce miel de la infancia
derramo en versos las flores
de las más puras fragancias.

De a poquito fui creciendo
laguna de mis amores,
siesta, arenal y chicharras,
y un cielo de mil colores.

Desde el portal que la vida
abre con la evocación
chirrían los goznes del tiempo,
latidos del corazón.

Cual bella reminiscencia,
hoy que me invade la calma
suelto al viento estas postales
vivos destellos del alma.

Laguna Chifle, yo guardo
la calidez de tus aguas
que al humedecer mis ojos
con tu recuerdo se empañan.



UN CANTO A MI VIEJO PUEBLO


Entre camalotes voy tejiendo sueños
me siento pequeño, soy niño feliz,
tu inmenso paisaje impresiona a mi alma
siempre el viejo río se adueña de mi.

Entre barrancales teñidos de rojo
discurre con ellos el gran Paraná,
y allí está mi pueblo mirando al poniente,
que muere incendiando sobre Santa Fé.

Viste colorido su verde follaje,
sangrando en racimos, flores del ceibal
y alfombra su suelo con un manto blanco
bordando de encanto al niñorupá.

Es mi Bella Vista, edén encantado
que Dios ha engarzado en el barrancal
como una diadema en joya preciosa
luce tan hermosa junto al Paraná.

Aquí para siempre natura ha dejado
ángeles pintores guardando el lugar,
y entre el colorido de sus bellas flores
dejo mis amores junto a este cantar.



VIEJA CASA NATAL


Mudo testigo de mi tiempo
en que todo era bullicio y colorido
yace la casa natal, sola, en silencio,
abandonada, igual que un viejo nido.

Han pasado los años y dejaron
su huella aquí en mi corazón
como un antiguo grabado, llevo a cuestas
sus recuerdos que inflaman mi emoción.

Muchas lunas pasaron de aquel día
en que mi madre nos acunaba feliz
regalándome a mi y a mis hermanos,
su sonrisa, cual florido jardín.

El viejo calendario de la vida
que eternamente se deshoja al pasar,
fue marchitando, cual pétalos de rosas,
la bella infancia que me hiciera soñar.

De aquel aljibe que el patio custodiaba
su roldada no se escucha chirriar,
el brocal donde el balde descansaba,
todo, todo, se ha quedado en soledad.



TE RECUERDO PUEBLO


Te recuerdo pueblo de patios antañones,
de macetas antiguas y aljibes coloniales,
con un suave perfume de violáceas glicinas
que en racimos colgaban adornando el parral.
Los gastados ladrillos del trajinar constante,
los helechos en fila custodiando el lugar,
las citas juveniles de tímidos sonrojos
que cerrando los ojos vuelven para evocar.
Como olvidarte pueblo de las cosas sencillas,
de la paz solariega y el lento caminar,
del canto de mi madre, de esa voz tan dulce
que hoy a través del tiempo me vuelve a acariciar.
Del blanco jazminero que alfombraba las tardes
de aquella veredita que te viera pasar
regalando sonrisas al piropo galante
que abrazaba el encanto de tu armonioso andar
de la vuelta de la plaza tomados de la mano
pensando en un futuro que tal vez llegará.
Cuando los naranjales de blanco azahares
perfumaban las calles que tanto supe andar,
geranios florecidos, diamelas y rosales,
también a mis recuerdos, ellos perfumarán.



DESARRAIGO


Largas distancias he desandado
herido de tanta ausencia
cargando al hombro como maletas
el peso amargo del desarraigo.

La vida es triste, todo se añora
camino largo, lento, dolido
sin darme cuenta voy ambulando,
siguiendo el rumbo que va al olvido.

Cuando la noche se cierne en torno
de todo aquello que ha quedado,
hago un balance de lo vivido,
de lo ganado, de lo perdido.

Atizo leños, reavivo el fuego
de los recuerdos que en tropel llegan
y encuentro calma junto a los míos,
mi territorio, lo más querido.

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